#1 Perdón si estoy de nuevo acá
Tres novelas sobre la frustración y una librería de Mar Del Plata.
Hola, qué lindo que hayas abierto este mail.
Uno de los nombres que barajeé antes de La tortuga de Esopo fue “Llego tarde”. Debajo de ese título añadí un “llegó tarde a la vida”. Mi plan era hacer una introducción contando todas las veces que llegué tarde a un lugar equis (llamémoslo trabajo, carrera, las 10 vueltas alrededor de la cancha de atletismo de la escuela). Pero como dijo una vez el Diego: “Lástima no, maestro”.
Así que me parece más simpática la fábula de La liebre y la tortuga de Esopo -ese relato atávico escondido en el revoltijo de nuestras cabezas desde la antigua Grecia- para nombrar el newsletter y remitir a la idea de la tardanza.
Arranquemos⏰
¿Llegar tarde es acostumbrarse a la frustración?
Me gusta encontrar hilos conductores en las cosas que leo, miro o escucho. Un poco por haber sido psicoanalizada, otro por haber estudiado Letras. Tres de los últimos libros que leí recientemente tienen a la frustración como premisa. Moderato Cantabile de Marguerite Duras, La última actriz de Tamara Tenenbaum y Mujer Bajando una escalera de Bernhard Schlink.
Lo que me interesa de este trío es que juegan con la idea de estar tan cerca de algo, en una de esas obtenerlo, pero a último momento perderlo. Como en la calesita, cuando estabas arriba del caballo e intentabas agarrar la sortija. Acá la sortija es el amor, una vida de aventuras y el éxito académico.
La última actriz -publicado en 2023 por Seix Barral- tiene como protagonista a Sabrina, una investigadora puaner del teatro ídish. A lo largo de 195 páginas se cuenta su acercamiento al diario de una aspirante a actriz judía, escrito por los años 60´y encontrado entre los escombros de la AMIA.
Leí la obra de Tenenbaum como una novela de campus. A diferencia de los textos de este género no sucede en el interior de la universidad, pero la academia se filtra en la forma epistolar, o sea, los mails de Sabrina con su profesor/amante y con el coleccionista Jaim. Principalmente se filtra en el conflicto de la protagonista: el querer saber más, acceder a otro tiempo y otro mundo y no poder hacerlo.
La escena con la que abre la novela es la de Sabrina haciendo zoom en las imágenes del atentado a la AMIA. Está en búsqueda de archivos y documentos que cree que la acercarán más al teatro judío del siglo XX. “Esas pérdidas que nadie lamento porque nadie piensa en papeles cuando se mueren personas”, dice.

Dos potencias se saludan: te dejo una entrevista que le hizo Hinde Pomeraniec a Tamara para Infobae cuando se lanzó La última Actriz.
En Moderato Cantabile -novelita de 92 páginas publicada en 1958- Anne Desbarendes, una madre burguesa, acude todos los días a un bar de la costa francesa para charlar con un ex trabajador de su marido. En el medio se apasiona por el vino y también por la charla que le saca este hombre.
Sus conversaciones giran en torno a un femicidio ocurrido en el mismo lugar donde se encuentran. Entre susurros y reprimidos por la mirada de la mujer que los atiende y los obreros, descifran el por qué del asesinato y de qué manera el “amor” termina en muerte. De más está decir que detrás de estos encuentros sin planificación hay una atracción muy fuerte y oscura entre ellos.
Anne es una mujer triste que cuando está ebria menciona su insatisfacción con la maternidad, su vida en la colina y su esposo rico. Chauvin sabe todo sobre ella: dónde vive, qué ropa usa, los lugares donde acude en el pueblo. En sus miserias y obsesiones se entienden, se erotizan y sufren juntos. También saben que no hay mucho más que eso y que en un momento van a tener que ponerle un punto final.
Un recurso que me gusta de Marguerite Duras es la elipsis en los diálogos y la reiteración de algunas frases en distintas partes de la obra. Lo mismo se repite en otras de sus novelas como El amante y su continuación, El Amante de la Indochina. En el prólogo del libro Cristina Peri Rossi celebra la potencia poética del texto por más que esté escrito en prosa.
Además de ser una megamente literaria, Duras también fue guionista. En 1960 salió una adaptación de Moderato Cantabile protagonizada por Jean Paul Belmondo, uno de los héroes de la Nouvelle Vague( o por lo menos de Jean Luc Godard) y con guion de la autora. Si les interesa y saben italiano la pueden encontrar en Youtube.
Gabriela Borrelli tiene una columna buenísima sobre literatura en el programa radial Segurola y Habana. Te dejo este link para que escuches sobre la vida y obra de Marguerite Duras.
Por último, en Mujer bajando una escalera, el protagonista y narrador es un hombre entrado en años que se reencuentra con un cuadro y la mujer retratada en el 40 años después de un caso fallido que atendió como abogado. En su adultez se vuelve una persona estoica y bastante ciega con quienes lo rodean (no quiere aceptar que su mujer, fallecida en un accidente de auto, era alcohólica). Quién lo “salva” y al mismo tiempo salva la novela es ella, Irene, la mujer del cuadro y su primer amor.
La novela podría dividirse en dos partes: en la primera se presenta el caso y aparece la joven Irene como una femme fatale que enamora a un abogado, un millonario y a un pintor. En la segunda, ella reaparece en una isla de Australia, ya anciana, enferma y sin documentos. Pero libre del compromiso con cualquiera de esos varones que querían retenerla, simbólica y físicamente.
“¿Acaso son precisamente los pequeños fracasos los que no podemos superar? (...) los grandes fracasos que sufrimos a una edad temprana no nos hacen cambiar, pero nos acompañan y torturan como una espinita clavada en la carne”.
La verdadera tragedia es el qué hubiera pasado si Irene y el narrador se hubieran escapado juntos. Hacia el final, él le cuenta a ella todas las aventuras que podrían haber protagonizado en una especie de guiño literario a Sherezade y las Mil y una Noches.
Como epílogo, el autor menciona que la inspiración de la novela viene de esta fotografía de Gerhard Richter de 1992. Se llama Ema. Desnudo en una escalera. La historia de la fotografía es similar a la ratonera de Hamlet: una foto de una pintura hecha a partir de una foto de la esposa de Richter bajando una escalera. La obra está inspirada en otra de Duchamp que en su momento fue rechazada por los cubistas.

✨Algo chiquito que comparto antes de terminar✨
Los últimos libros los compré en El Ventanal, una librería marplatense de usados que funciona en un castillo de la peatonal y su otra sucursal está en una casona por el barrio de La Perla. Hace años que no me entusiasmo tanto con una librería así (en la calle Corrientes ya no se encuentran tesoros a buen precio).
Moderato Cantabile, con tapa dura y editado por Millenium año 1999, estaba a $10 mil
Mujer bajando una escalera, editado por Anagrama en 2016, $7 mil.
Te dejo esta nota de Página 12 sobre la historia de este lugar tan lindo que ya es parte de mi ruta cuando vacaciono por allá.
Eso es todo para la primera entrega. Gracias por leer.
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¡Nos vemos en dos semanas! 🐢